Los antílopes migran cada año al corazón de la Reserva Natural Nacional Hoh Xil en el noroeste de China. El lunes por la mañana, se vio a un grupo de unos 50 antílopes tibetanos reunidos al costado de la carretera Qinghai-Tíbet. Como medida de precaución, el personal de la reserva natural realizó un control de tráfico temporal para garantizar la seguridad.
Después de que el ñu líder evaluara cuidadosamente la seguridad del entorno, toda la manada cruzó rápidamente la carretera y se abrió paso hacia el vasto interior de Hoh Xil. Cada año, decenas de miles de ñus tibetanos preñados comienzan a migrar a Hoh Xil alrededor de mayo para dar a luz y partir con sus crías a fines de julio.
“A medida que mejora el clima, ha habido un aumento en el número de antílopes tibetanos que cruzan la carretera hacia el lago Zonag en Hoh Xil”, dijo Gyaom Dorge, empleado de la oficina de administración de Hoh Xil en la estación de conservación de Wudaoliang.
Más de mil antílopes tibetanos han pasado cerca de la estación en su camino a Hoh Xil desde que comenzó la migración de este año el 26 de abril, nueve días antes que el año pasado. Se ha incrementado el patrullaje y el monitoreo a lo largo de la ruta de migración para garantizar que las especies lleguen a sus puntos de reproducción sin ser molestadas.
Bajo la protección del gobierno de primera clase en China, la especie que alguna vez estuvo en peligro de extinción se encuentra principalmente en la Región Autónoma del Tíbet, la provincia de Qinghai y la Región Autónoma Uigur de Xinjiagn. Sus poblaciones han aumentado en los últimos 30 años, gracias a la prohibición de la caza furtiva y otras medidas para mejorar su hábitat.