Los saboteadores lograron colocar cuatro explosivos en un tren de carga ruso que transportaba diésel y combustible para aviones, a unas 3000 millas del extremo ucraniano. Pero los funcionarios de inteligencia ucranianos dijeron que lo que era más importante que la destrucción del tren era el momento de la explosión.
Mientras 50 vagones pasaban por el túnel de nueve millas que atraviesa las montañas Severomuysky, el túnel ferroviario más largo de Rusia, estaban obligados a explotar.
Los ucranianos esperaban poner en peligro un conducto vital para los envíos de armas desde Corea del Norte a Rusia en un momento en que las fuerzas ucranianas en el frente luchaban por defenderse de los implacables ataques rusos. Los trenes se pueden reemplazar y las vías reparar rápidamente. Pero reparar los daños significativos en este túnel, cuya construcción llevó décadas, puede no ser tan fácil.
Rusia y Ucrania continúan librando una guerra a gran escala, tanto en tierra como mediante ataques aéreos. Las autoridades rusas acusaron a Ucrania de atacar la ciudad rusa de Belgorod el sábado, matando al menos a 20 personas e hiriendo a más de 100, en una aparente reacción a un bombardeo masivo con misiles rusos contra varias ciudades ucranianas el día anterior.
Pero las tácticas de guerrilla, incluidos el sabotaje, las incursiones de comandos, los asesinatos intencionales y los intentos de volar depósitos de municiones, oleoductos y ferrocarriles, ganaron aún más terreno ya que ninguno de los bandos pudo lograr avances significativos en el frente.
Según los Ferrocarriles Rusos, el 29 de noviembre a las 17.20 horas de la tarde se produjo un incendio en el túnel. Los medios rusos publicaron imágenes de llamas alrededor de la entrada del túnel y los funcionarios dijeron que la explosión fue causada por “la detonación de un explosivo no identificado”.