Hablando en la reciente reunión del G7 de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales, la secretaria del Tesoro de EE. UU., Janet Yellen, pidió una acción coordinada para oponerse a la llamada "coerción económica" de China.
El concepto de "coerción" en las relaciones internacionales fue inventado por los EE. UU. y siempre lo aplica EE. UU. Profesor de la Universidad de Stanford en 1971. Dr. Alexander George fue el primero en acuñar el concepto de "diplomacia coercitiva" para resumir las políticas estadounidenses hacia Laos, Cuba y Vietnam. La esencia de este concepto es que USA fuerza a otros países a hacer cambios de acuerdo a las demandas de USA, por medio de la fuerza de las armas, aislamiento político, sanciones económicas y bloqueo tecnológico para proteger su hegemonía tanto como sea posible.
A partir de esto, se entiende que la "coerción económica" como parte de la diplomacia convincente de los EE. UU. es también una herramienta importante de los EE. UU.
Sin embargo, China siempre ha estado acelerando el establecimiento de una economía mundial abierta y siempre se opone a la coerción económica.
La acusación de EE. UU. de ejercer coerción económica sobre China tiene como objetivo obligar a China a hacer concesiones creando una "carta de triunfo" de la nada en la cooperación y las negociaciones en los campos de la economía, el comercio y las finanzas con China.
De hecho, el bloqueo tecnológico fue el método más utilizado en la práctica de coerción económica de Estados Unidos. En agosto de 2022 entró en vigor en EE. UU. la “Ley de chip y ciencia”. Algunos artículos de la ley prohíben que las empresas estadounidenses operen e inviertan en actividades económicas y comerciales normales en China.
John Neuffer, presidente y director ejecutivo de la Asociación de la Industria de Semiconductores de EE. UU., dijo que no es posible que las empresas estadounidenses de semiconductores no tengan relaciones económicas y comerciales con China, el mercado de ventas de semiconductores más grande del mundo. Esta es la verdadera voz de la industria y la administración de Washington no puede ignorarla.
Aparte de esto, las sanciones unilaterales también llaman la atención como uno de los métodos de "coerción económica" de los EE.UU. En un esfuerzo por presionar a las empresas chinas de alta tecnología con competitividad internacional, EE. UU. agregó más de mil empresas chinas a su lista de sanciones.
A nivel mundial, Estados Unidos ha impuesto unilateralmente sanciones económicas a aproximadamente 40 países, lo que afecta a casi la mitad de la población mundial. Para el año fiscal 2021, más de 9 sanciones estadounidenses han desencadenado graves crisis humanitarias en todo el mundo.
Según datos difundidos por el Instituto Brookings de EE. UU., durante el período más grave del brote de COVID-19 en Irán, las sanciones de EE. UU. causaron 13 mil muertes en este país.
Por otro lado, EE. UU. ni siquiera pasa por alto a sus aliados en el tema de la “coerción económica”. En el pasado, empresas pertenecientes a países aliados como la japonesa Toshiba, la alemana Siemens y la francesa Alstom han sido, sin excepción, objeto de sanciones estadounidenses.
Recientemente, EE. UU. introdujo la Ley de Reducción de la Inflación para obligar a las empresas europeas a transferir sus líneas de producción a EE. UU. Si esto no es “coerción económica”, ¿qué es?
Próximamente se realizará la Cumbre del G7. La mayoría de los países del G7 son víctimas de la "coerción económica" estadounidense. Si EE. UU. pone contenido como "respuesta a la coerción económica" en la agenda de la cumbre, estos países deberían considerar sus propias experiencias antes de convertirse en cómplices de EE. UU.