Estudiante de secundaria Berfu Berkol produjo cápsula de medicina a partir de cáscara de calabaza

Berfu Berkol
Berfu Berkol

Belfu Berkol (15), estudiante de la escuela secundaria Istanbul Saint Joseph, dio su primer paso en el mundo de la ciencia con la producción de bioplásticos a partir de cáscaras de calabaza, que pueden usarse como materia prima para cápsulas de medicamentos. Ahora, el equipo IGEM (Máquina Internacional de Ingeniería Genética) de la Escuela Secundaria San José de Estambul, en el que también es miembro Belfu, recibió una medalla de plata, y Berfu Berkol se convirtió en el primer miembro turco de WISTEM, que permite a las mujeres trabajar más activamente en el mundo científico.

Alrededor del 10 por ciento de una calabaza consiste en la cáscara. Según datos de 2016 de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en el mundo se producen aproximadamente 20 millones de toneladas anuales de calabaza y se generan 2 millones de toneladas de residuos de cáscara. Belfu Berkol, estudiante de secundaria de 15 años, produjo bioplástico a partir de cáscaras de calabaza que puede usarse como materia prima para cápsulas de medicamentos. Por lo tanto, recicló los desechos y abarató la cápsula del medicamento.

La inspiración para el proyecto dio 1 kilo de concha

Belfu, que vio que el 10 por ciento de una calabaza consiste en cáscara y que al menos 10 kilo de cáscara sale de un promedio de 1 kilogramos de calabaza, pensó en cómo se podría usar la cáscara en lugar de tirarla. Belfu primero produjo una materia prima bioplástica a partir de la cáscara de la calabaza, que contiene una cantidad suficiente de lignina, y luego una cápsula medicinal a partir de esta materia prima. Con la materia prima obtenida de la cáscara de calabaza se pueden producir 16.5 veces más cápsulas a partir de la misma cantidad de materias primas químicas. Con este método, las cápsulas de medicamentos cuestan alrededor de 4.5 veces menos.

¿Qué es IGEM?

IGEM, un concurso académico destinado a aumentar el conocimiento de la biología natural y al mismo tiempo desarrollar la comunicación y la cooperación entre grupos, se estableció en 2004 para alentar a los estudiantes a dar vida a sus ideas de proyectos.

Cada año participan más de 300 proyectos de muchos países del mundo. En el alcance de la competencia se incluyó una plataforma llamada Mujeres en STEM, que tiene como objetivo aumentar los estudios científicos de mujeres en el campo de la biología a partir de 2020.

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